martes, 5 de mayo de 2009

De siervo a siervo, en el jubileo de Juan Calvino.

Artículo escrito por Rev. Enrique Alvarez, presidente de la I.C.R en Cuba para la revista Phronesis.

Medio milenio, la frase se puede pronunciar fácilmente, sin embargo en dicho tiempo el curso de los eventos humanos puede girar varias veces. En este 2009 estaremos celebrando los 500 años del natalicio del eminentísimo teólogo Juan Calvino, quien naciera en Noyon, Francia, un 10 de julio. El tiempo transcurrido es bastante, suficiente para arrojar a las cenizas del olvido a cualquier ilustre y olvidar aun la más elevada de las enseñanzas, a pesar de ello, la vigencia del pensamiento de Calvino, y su testimonio, perduran habiéndose extendido por todo el mundo, pues aunque Ginebra fuera la ciudad que otrora le viera brillar para gloria de Dios, sus puertas no fueron lo suficientemente fuertes como para retenerle solo para sí y hoy su pensamiento preclaro, basado en la Palabra de Dios, se considera patrimonio de todos los creyentes en todos los confines de la tierra. Al decir de Clifton Kirkpatrik, presidente de la Alianza Reformada Mundial (A.R.M.), al dar inicio al jubileo en honor al teólogo, a principio de noviembre de 2008 en el muro de los reformadores de Ginebra “Juan Calvino, nativo de Francia, reformador de Ginebra, es verdaderamente un hijo del mundo. Este movimiento de reforma que empezó entre ustedes se ha expandido literalmente a todos partes del mundo”

El SINODO de La Iglesia Cristiana Reformada en Cuba ha querido dedicar este año, como sencillo homenaje, a este gran siervo de Dios. “Su visión”- esos sueños- es lo que celebramos en el jubileo de Calvino, en definitiva, y celebrar un jubileo es lo mínimo que podemos hacer para recordarlo, pues somos herederos de su legado.
El mejor homenaje que podemos ofrecerle en esta conmemoración es permanecer como firmes exponentes de sus valores, los cuales le inspiraron a trabajar para Dios en el lejano siglo XVI, y pueden aun servirnos de acicate en nuestros aciagos días para anhelar la pureza de la Palabra y el sacrificio del servicio ferviente. Ser seguidores de su visión es fomentar la unidad de los cristianos, la justicia social, y hacer ejercicio de una predicación fiel y del evangelio de Jesucristo, y al mismo tiempo es realizar un esfuerzo en gracia para cumplir el mandato de Pablo a Timoteo que encontramos en 2Timoteo.2:1,2, donde vemos al apóstol Pablo haciendo un llamamiento a Timoteo a recordar que ya había oído sus enseñanzas y predicaciones públicas, y por lo tanto debía estar conciente que formaba parte de un línea de comunicación muy concreta. Habiendo recibido el evangelio de Pablo, como Pablo lo había recibido de Cristo, este mismo contenido debía pasar a otros, es decir el fundamento de los apóstoles y profetas, el mismo fundamento sobre el cual se encuentra cimentado el pensamiento calvinista y que defiende con dignidad la iglesia cubana.
Al enfocar Pablo a Timoteo en el contenido del mensaje, también le instruye que busque “hombres fieles” (el término “fiel” es explícito en sí mismo). En las Escrituras mismas encontramos las características de un hombre “fiel”, el cual no debe ser neófito, no codicioso, ni contencioso, sino maduro, pudiendo gobernar su propia casa, apto para enseñar (1 Timoteo 3:1-7; 5:17-22; Tito1:5-9) firme en pensamientos, motivación y practica, pues deben ser portadores del mensaje de un Dios santo. Tal fue el ministerio que procuró Pablo y exhortó a Timoteo, y tal fue también el ministerio que nos legara Juan Calvino.
El ejemplo de Calvino, quien fue heredero de Pablo y de su discípulo Timoteo, nos insta a preparar líderes con semejantes actitudes, siervos en los cuales no haya cabida para la flojera, la pereza y la mediocridad. La cadena no termina con recordar lo escuchado, y buscar hombres idóneos, existe otro eslabón no menos importantes, y es el de expandir el evangelio de Jesucristo más allá de las fronteras de su territorio, ese era el sueño de Pablo, ver la cadena en marcha. Timoteo no debía descansar hasta no ver que la cadena estuviera en marcha. Ese también fue el sueño de Calvino, y ese debe ser el sueño de cada creyente, y es ese el anhelo del cual la Iglesia Cristiana Reformada en Cuba se ha apropiado. No podemos estar contentos hasta ver que nuestros discípulos estén enseñando a otros, y estos, a su vez, a otros. Pablo se multiplicó en Timoteo y Tito y ellos se multiplicaron en otros hasta llegar a Juan Calvino, quien se multiplicó en nosotros y nos legó el mismo llamado.


Algunos pensamientos

Una actitud saludable es contagiosa pero no esperemos a que otros nos la pasen; seamos portadores.
Autor Desconocido

Mateo 13:32
El cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Marcos 4:31
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra.

Los pescadores saben que el mar es peligroso y las tormentas terribles, pero nunca han considerado estos peligros como razón suficiente para permanecer en tierra.
Vincent Van Gogh

Un lobo fue elegido rey entre sus congéneres y decretó una ley ordenando que lo que cada uno capturase en la caza, lo pusiera en común y lo repartiese por partes iguales entre todos; de esta manera ya no tendrían los lobos que devorarse unos a otros en épocas de hambre.
Pero en eso lo escuchó un asno que estaba por ahí cerca, y moviendo sus orejas le dijo: "Magnífica idea ha brotado de tu corazón, pero ¿por qué has escondido todo tu botín en tu cueva? Llévalo a tu comunidad y repártelo también, como lo has decretado".
El lobo, descubierto y confundido, derogó su ley.
Si alguna vez llegas a tener poder de legislar, sé el primero en cumplir tus propias leyes.
Fábula Esopo

Los pescadores saben que el mar es peligroso y las tormentas terribles, pero nunca han considerado estos peligros como razón suficiente para permanecer en tierra.
Vincent Van Goghde
Cuando sentimos que hemos llegado al límite de nuestra vida y que no podemos pasar más allá, démosle a ese obstáculo un último empujón porque bien pudiera ser ese el que abra aquella pesada puerta al éxito. Si no lo intentamos esta última vez, nunca sabremos. Atrevámonos.
Sarah Margaret Bradbury