martes, 17 de noviembre de 2009

Análisis y comparación entre el sacramento del Bautismo practicado por las iglesias de tradición reformada y la Iglesia Católica Romana. Parte V

IX- Respuestas a posibles objeciones.

Algunos que defiendan el bautismo católico como bautismo válido, el cual debería ser aceptado por los reformados, podrían abogar en su favor aduciendo:

1- Lo practican empleando el elemento y el rito bíblico, por lo cual debería ser considerado válido.

Refutación a esta objeción:
Fácilmente encontramos que no basta con practicar el rito empleando la fórmula bautismal bíblica “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” y emplear el agua como elemento imprescindible en el rito, pues habríamos de aceptar, por ende, el bautismo Mormón, el cual es administrado en el “nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y empleando como elemento el agua.
Para refutar que debamos aceptar el bautismo Mormón, lo cual se desprenderían del anterior razonamiento empleamos una objeción católica:
“Los requisitos de la Iglesia Católica para reconocer el bautismo son de cuatro tipos: materia del sacramento, su forma, intención del ministro y recta disposición del sujeto.
Con la materia no hay problema: agua. En cuanto a la forma, la fórmula usada por los mormones dice textualmente: "habiendo recibido el mandato de Cristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", pero, explica el teólogo, no hay verdadera invocación de la Santísima Trinidad porque el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son las tres personas en las que subsiste la única divinidad sino tres dioses que forman una divinidad. ” (La Trinidad de los mormones no es la de los cristianos
La Iglesia no reconoce el bautismo de la secta) http://www.geocities.com/iafobi/materiales/mormones.html
Encontrando que ninguna iglesia genuina aceptaría el bautismo Mormón como válido, este argumento queda sin efecto.
2- Si no aceptamos el bautismo católico estaríamos negando la apostolicidad de la iglesia.
Aun más fácil de refutar es esta objeción que la anterior.
Según la Iglesia Católica Romana, la Iglesia es Católica y Apostólica en tres aspectos:
1. Es plantada en el mundo por los Apóstoles.
2. Se adhiere a las enseñanzas de los Apóstoles.
3. Que continúa en sucesión el ministerio Apostólico.
Es por esta sucesión apostólica que la Iglesia Católica Romana reclama una autoridad única para interpretar la Escritura y para establecer la doctrina; así como la afirmación de tener un líder supremo en el Papa, el cual es infalible (sin error) cuando habla “ex cátedra” – esto es en el ejercicio de su oficio como pastor y maestro de todos los cristianos. Por lo tanto, de acuerdo con la postura católica romana; la enseñanza o tradiciones de la Iglesia Católica Romana, habiendo provenido del Papa, son tan infalibles y autoritativas como las mismas Escrituras. Esta es una de las mayores diferencias entre los católicos romanos y los protestantes, y fue una de las razones fundamentales para la Reforma Protestante.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica, esta sucesión apostólica “es encontrada únicamente en la Iglesia Católica” y ninguna “Iglesia separada tiene alguna reclamación válida ante ello.”
Sin embargo, La Reforma Protestante rechazó la “sucesión apostólica”, o a lo menos cambió el concepto, sosteniendo que esto se refiere exclusivamente a quien predica la “verdadera” doctrina, sin importar su conexión con el pasado ni con la Iglesia apostólica.
Las enseñanzas de una iglesia o denominación son autoritativas y obligatorias para los cristianos solo si representan el significado verdadero y una clara enseñanza de la Escritura. Este es un punto importante a considerar, cuando se trata de entender la conexión entre el protestantismo y la Iglesia Católica Romana, y la razón por la que se llevó a cabo la Reforma Protestante.http://www.gotquestions.org/Espanol/Reforma-Protestante.html
Según esto, rechazar el bautismo católico no encierra la negación de ninguna doctrina esencial para la fe cristiana.
3- Los reformadores no se rebautizaron. Significaba esto que aunque reconocían los errores de Roma, reconocían como válido su bautismo.

Respecto a este planteamiento debemos concordar con que Calvino y Lutero consideraron válido el bautismo católico, de hecho, Juan Calvino en La Institución de la Religión Cristiana describe a la Iglesia Católica Romana como la imagen de Babilonia, pero donde aún quedaban reminiscencias de la Verdadera Iglesia, tales como el verdadero bautismo. Esta visión es explicable pues a pesar de todas las atrocidades y corrupciones de la Iglesia de Roma aun no se había producido el Concilio de Trento en el cual se anatemizó la Reforma Protestante y se adoptaron y reafirmaron dogmas heréticos que divorciaron cada vez más a dicha institución humana de la Iglesia de Jesucristo.
XXII: Celebrada el 17 de septiembre de 1562. Doctrina acerca del santísimo sacrificio de la Misa. La Eucaristía se definió dogmáticamente como un auténtico sacrificio expiatorio en el que el pan y el vino se transformaban en la carne y sangre auténticas de Cristo. Reforma de la moral del clero, la administración de fundaciones religiosas y los requisitos para asumir cargos eclesiásticos.
XXV: Celebrada los días 3 y 4 de diciembre de 1563. Decreto sobre el purgatorio. Se reafirman la existencia del purgatorio y la veneración de los santos y reliquias. Reforma de las órdenes monásticas. Supresión del concubinato en eclesiásticos. Se dejó al Papa la tarea de elaborar una lista de libros prohibidos, la elaboración de un catecismo y la revisión del Breviario y del Misal. De la Trinidad y Encarnación (contra los unitarios). Profesión tridentina de fe. Clausura del concilio.
La mayor parte de sus decisiones giraron sobre los siguientes puntos:
1) Contra los protestantes, que admitían como única autoridad la de las Escrituras, afirmando que la tradición (las interpretaciones de los Padres de la Iglesia, los papas y los concilios) constituye, con las Escrituras, uno de los fundamentos de la fe, y que el único texto auténtico de la Biblia es la Vulgata, traducción latina hecha por San Jerónimo, sobre un texto griego del siglo IV.
2) Confirmó y definió los dogmas y prácticas rechazadas por los protestantes (presencia real de Cristo en la Eucaristía en los elementos (transubstanciación), justificación por la fe y por las obras, conservación de los siete sacramentos, las indulgencias, la veneración de la Virgen María y los santos, etc.), fijando con rigor la frontera entre la ortodoxia y la herejía, consumando la ruptura entre la Iglesia Católica y los protestantes.
3) Fortificó la jerarquía y, con ello la unidad católica, al afirmar enérgicamente la supremacía del Papa, «Pastor Universal de toda la Iglesia» e, implícitamente, su superioridad sobre los concilios. El Concilio de Trento tuvo importancia capital, y de las decisiones que adoptó, surgió la Iglesia Católica Apostólica Romana «tradicional». (Es decir se agudizaron los males que la Reforma pretendía corregir).
(Consultado: http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Trento)
Otra explicación clara es que hasta la reforma, esta era la única iglesia visible, por lo tanto, a pesar de su apostasía y pecado, poseía la autoridad bíblica, conferida a la Iglesia de Jesucristo para practicar el sacramento del bautismo, por ende los que antes de la Reforma Protestante habían sido bautizados por la Iglesia Católico Romana, habían sido bautizados con la autoridad de la Iglesia de Cristo. Al producirse la Reforma Protestante, la Iglesia Católica reusó escuchar el llamado de Dios a la pureza y santidad, y persistiendo en su apostasía, al rechazar mediante el Concilio de Trento la obra y labor de los reformadores como necesarias y guiadas por el Señor se colocaba a sí misma en el plano de una institución humana que rompía los lazos con la Iglesia de Jesucristo. Esta es la razón por la cual si bien los reformadores y sus contemporáneos no fueron bautizados al convertirse a la fe protestante, hoy sí es necesario hacerlo con los que provienen de la Iglesia de Roma.
4- Si rechazamos el bautismo católico por motivos doctrinales, deberíamos rechazar también el de las otras confesiones evangélicas.
Si bien algunas iglesias evangélicas no aceptan la idea del bautismo como sacramento, tal es el caso de la Iglesia Pentecostal Asambleas de Dios y la Iglesia Bautista, por solo citar dos ejemplos, estas iglesias le conceden un papel importante dentro de la eclesiología y lo practica con fidelidad a la Palabra, pues niegan el término sacramento, el cual sustituyen por “ordenanza”, que a nuestro juicio significa lo mismo.
El bautismo, además de ser una señal de profesión es también una señal de regeneración o nuevo nacimiento, este es el significado general del bautismo para las iglesias evangélicas, definición con la cual nosotros concordamos.
Otras denominaciones protestantes como la Metodista, sí considera el bautismo como un sacramento.
“Los sacramentos instituidos por Cristo son no sólo señales o signos de la profesión de los cristianos, sino más bien testimonios seguros de la Gracia y Buena voluntad de Dios para con nosotros, por los cuales obra Él en nosotros invisiblemente”. “El bautismo de párvulos debe conservarse en la Iglesia”.
(Artículos de Fe de la IMP, XVI y XVII)
http://www.iglesiametodista.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=288&Itemid=1

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