lunes, 23 de noviembre de 2009

El evangelio según Saramago.

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” Salmos 14:1

Me dispongo a disertar sobre las profundas manifestaciones anticristianas en la obra del premio nobel de literatura José Saramago, culpable de obras como “El Evangelio según Jesucristo” y su más reciente blasfemia “Caín”.
En lo personal, comprendo muy bien que se proponga negar la existencia de Dios, siendo que ha vivido a sus espaldas, ahora, a sus 87 años, cercano a su encuentro con el Creador, necesita más que nunca que el Dios que ha negado y blasfemado durante toda su vida no exista.
Personalmente no creo en la existencia de la vida extraterrestre, y aunque sé de un sin número de fanáticos y ufólogos, no dedico mi vida a combatirlos o a ofender a los marcianos. El caso de los ateos como Saramago es, en mi opinión, un caso de estudio para la psicología, pues molesto contra “el inexistente” Dios, dedica todas sus fuerzas a blasfemarle. Paradójico, ¿será en verdad ateo?
La opinión manifiesta de este escritor, que entre sus características literarias, se encuentra prescindir del buen uso de los signos de puntuación, quizás mostrando la anarquía y rebeldía que le son innatas, nos revelan a un individuo airado contra Dios, resentido contra la sociedad y acaso odiándose a sí mismo. En su obra “El evangelio según Jesucristo” se propone mostrar a un dios imposible de comprender incluso para su hijo, el cual deseando la libertad de vivir su vida como un hombre, es obligado por su padre a morir en la cruz, poniendo en boca de esta mal hecha caricatura del Hijo la frase: “Hombres, perdonadle, porque no sabe lo que hizo” (Evangelio, p. 341).
Su nuevo libro “Caín” nos “revelan” a un dios injusto y tiránico, el cual, según su opinión, ha sido creado a imagen y semejanza de los hombres. No comprende la razón por la cual sacrificio de Caín es rechazado y aceptado el de Abel, de modo que busca el medio de justificar el fratricidio al mostrarnos a un Abel desnaturalizado y arrogante.
Triste y grosero esbozo de una sociedad desesperanzada es la obra de este autor. No es más que la manifestación del hastío del hombre que ha dado las espaldas a Dios. Hoy muchos se asombran de la decadencia ética y moral con que se vive en la sociedad moderna y vuelven sus ojos para culpar a un Dios, cuyos principios han rechazado, cuya ética han olvidado y cuya ley moral han calificada de obsoleta. Aunque según Saramago la Palabra de Dios es "un manual de malas costumbres" y "un catálogo de crueldades", la misma nos habla del amor a Dios y al prójimo como la ley máxima y suprema del hombre. No con un amor abstracto sino con un amor que se traduce en obras y en acción. Con un amor que quizás este desdichado escritor es incapaz de comprender. Jesús definió y cumplió el amor muriendo voluntaria y libremente en la cruz del Calvario, para traer vida y esperanza al hombre pecador. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15:13.
Cuando el hombre se erige en Dios de sí mismo y en único rector de su existencia, experimenta una carencia de propósitos y un vacío existencial que trata de llenar rebelándose contra el Dios, el cual niega en su autoengaño. En consecuencia no aporta valores, ni alegría, ni sosiego, pues un hombre o mujer solo puede dar aquello que le es propio y aquello de lo cual está pletórico. Si un ser humano se encuentra lleno de odio, transpirará su odio y en todo cuanto toque dejará su nauseabundo olor. Si un ser humano es feliz y agradecido, convertirá su camino y el de otro en gratitud y será grato para sí y para los demás.
¿Qué es lo que impide a los ateos a creer en la existencia de Dios? ¿Acaso será la escasez de evidencias racionales para ello? Si así fuera, su actitud sería similar a la mía para con los extraterrestres, no encuentro evidencia de su existencia por lo tanto no me preocupan, como tampoco que me enoja que otros sí crean que existen. Sin embargo, al adoptar una actitud agresiva contra la idea de Dios, están manifestando que creen en su existencia más de lo que les gustaría admitir, pues la existencia de Dios implica la existencia de un Supremo Ser quien tiene prerrogativas sobre nosotros al ser nuestro Creador y Sustentador, alguien a quien tendremos que dar cuenta de nuestras obras. Los ateos necesitan desesperadamente negar a Dios porque si Dios no existe no existen ni el juicio y ni el castigo al que tanto temen y no hay a quien rendir cuentas. Quien tanto se esmera por desacreditar a Dios y por negarle, se encuentra gritando agónica y desesperadamente “basta ya de recordarme que Dios es real y que le tengo que dar cuentas”.
Saramago y la sociedad que representa tiemblan ante la idea de Dios “porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” Jn.3:20. Sin embargo, para él y para todos es la noticia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Jn.3:16.
No debemos despreciar al escritor y a los que como él poseen una imagen atrofiada de Dios, más bien, con misericordia y compasión, invitarles al arrepentimiento y guiarle al conocimiento de un Dios que es defensor del huérfano y de la viuda, del pobre y del enfermo. Mostrémosle que el “evangelio según Saramago” no tiene la más mínima relación con el auténtico Evangelio de Jesucristo.

Autores: Eglis Alvarez López y Enrique M. Alvarez Cepero.
Publicado en la Revista: Phronesis de la Iglesia Cristiana Reformada en Cuba.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias hermana, por su artículo. Los cubanos tenemos mucha necesidad de escuchar la vos de la verdad frente a la mentira del mundo y del enemigo de nuestras almas. La tarea del padre de mentiras es la de ir creando una red muy bien articulada con el objetivo de ir cambiando nuestra manera de ver el mundo, nuestra cosmovisión y como columna y baluarte de la verdad estamos llamados por nuestro Señor a ofrecer alternativas para presentar batalla por el Reino, debemos recordar que nuestra lucha no es contra sangre ni carne. El materialismo desde su perspectiva atea y rebelde, aunque ha perdido un poco su protagonismo en nuestra sociedad, ha provisto una sólida base para que ahora mismo la nueva generación de cubanos de espalda a Dios (como bien usted dice)y hambrienta de fe, se vuelva hacia el animismo moderno de cuello y corbata (Nueva Era)y hacia el animismo sincrético de prácticas oscurantistas (llamado muy amistosamente por muchos "sincretismo cultural afrocubano"). De manera que en unos años una generación completa de Cubanos que en su mayoría ha crecido "sin Dios" y decepcionada del materialismo dialéctico, ahora busca esperanza en el ocultismo, la santería, la filosofía oriental y otras prácticas animistas que aparecen en el cielo de nuestra patria y en el complejo y necesitado futuro espiritual de los cubanos. Escasean los blog que con seriedad vean más allá de la inocente teoría de que nuestros problemas sociales se solucionaran en las escenas económicas o políticas, Gracias a Dios que hay una vos que clama en el desierto cubano.

Anónimo dijo...

http://www.iglesiareformada.com/Alvarez_Literatura_Diponible.html